Detrás de las pupilas
tengo un ángel dormido
quedó aprisionado
una tarde de frío.
Cuando es de noche...
entre sus brazos me toma
el travieso bandido,
extiende sus alas
y... cubre mi alma.
¿Y sabes? ...
Antes vivía en tu mirada
mientras la vida pasaba
como una nube por tu cara.
Pero vos me miraste
disimulando que no me mirabas
y él, se escapó de tus pupilas
para despertar mi alma dormida.
Ahora vive en mi mirada
y en las noches que no estás
extiende sus alas y cubre mi alma
para que mis pupilas...
no se esquirlen en lágrimas.
Él sabe, que cuando estás
puede dormir en paz
y ni siquiera se asoma...
a los barrotes de mis pestañas.
Entonces... repliega sus alas
porque tus brazos
envuelven mi alma
y él sabe
¡Qué tú me amas!
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